Mostrando entradas con la etiqueta Padres. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Padres. Mostrar todas las entradas

lunes, 8 de abril de 2013

Hijos de la Promesa



Cuando nuestra hija Vania nació, el sentimiento y la emoción que surgió fue de lo más hermoso y maravilloso que he experimentado en la vida, nada se le compara

Conforme pasa el tiempo, la veo crecer y puedo decir que es una niña sana, buena y muy inteligente, cada día le decimos lo mucho que la amamos y lo orgulloso que estamos de ella.

Alguna vez le has dicho a tu hijo: "Hijo, ¿sabes que estoy orgulloso de ti, y no me importa nada más?" La palabra orgullo en este contexto se relaciona cercanamente con la de amor. Así, tu hijo sabrá que quieres decirle que estás feliz porque él es tu hijo.

"Te quiero"

A veces, podemos perder muchas oportunidades de expresar amor y cariño - y de recibirlo - sólo porque no nos lo hemos propuestos como un objetivo consciente. Y, sin embargo, es el mensaje más importante que los chicos y chicas quieren oír de sus padres.

El amor es el ingrediente esencial de una familia sana. Un "te quiero", dicho en voz alta y a menudo, nos ayuda a saber quiénes somos y por qué hemos nacido. Cuando un adolescente no está seguro del amor de sus padres, cualquier otro mensaje no significará nada. Necesitan escuchar que se les diga que los quieren y que se lo demuestren. ¿Cómo pueden estar seguros de que les quieren si nunca se los han dicho? ¿Cómo pueden estar seguros si sus padres nunca pasan el tiempo con ellos?

La buena noticia es que Dios siente lo mismo por ti y por mí.

Así como el amor de los padres es infinitamente incondicional, de la misma manera Dios se siente orgulloso de sus hijos, nos mira con amor y nos cubre con su manto de protección y justicia.

No importa en qué condiciones te encuentres, Él nos amó desde antes de la fundación del mundo, SOMOS HIJOS DE UNA PROMESA!!!

Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad
(Efesios 1:4-5)

El carácter de Dios no cambia con las circunstancias, la gracia de Dios toda vía tiene toda su fuerza, el todavía esta de tu lado aunque no lo sientas, recuerda lo que Dios hizo por ti, por desgracia, olvidamos la crueldad del sacrificio y la agonía que Jesús sufrió en nuestro lugar.

Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
(Romanos 5:8)

Esta vida es pasajera, es solo un suspiro comparado con lo que viene después de la muerte física, nos espera una eternidad en la presencia de Dios o el sufrimiento eterno sin su amor consolador.

El aceptar a Cristo como Señor y Salvador de nuestras vidas abrirá el camino directo hacia la presencia con el Padre celestial. ¿Qué esperas?




Espíritu de Adopción


Decidir amar a un ser que es completamente ajeno e incluso desconocido para nosotros, es un acto auténtico de amor y valor. La adopción es una de las expresiones más hermosas de amor.

Adoptar es decidir amar. Adoptar es sentirse bendecido con la llegada de un hijo. Adoptar es comprometerse a que pase lo que pase nunca lo abandonarás. La adopción es como el matrimonio, amas y das todo a un ser que no lleva tu sangre, debe ser para siempre, en la salud en la enfermedad, para bien o para mal, en la pobreza, en la riqueza. No solo en enfermedad física y pobreza material también en enfermedad espiritual y pobreza espiritual. Nuestro amor debe ser firme en las buenas y las malas.

No cualquiera se atreve a adoptar a un niño de la calle, es una decisión muy difícil que afectará el resto de nuestras vidas.

Pero Dios nos adoptó desde antes de la fundación del mundo, con nuestros defectos y virtudes, con nuestra apariencia, color y estatura, lo hizo sin que nosotros lo conociéramos primero.

Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo. (Gálatas 4:5-7)

Pero… ¿Por qué Creador del cielo y de la tierra nos amó tanto que dio a su propio hijo para que nosotros podamos ser llamados hijos de Dios?

La respuesta nos la da Pablo en el libro de Efesios:

Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos) Efesios (1:4-5)

La respuesta es: Por gracia. No podemos pagar nuestra adopción, pero si podemos aceptarla. Es un regalo. Nos regaló el amor más grande que puede existir… LA SALVACIÓN.

Solamente con Cristo en nuestros corazones y al Espíritu Santo obrando en cada palabra, paso y pensamiento que damos, podremos llegar ante El con la firme convicción de que el Dios Todopoderoso nos espera con los brazos abiertos diciéndonos: “hijo amado”.