lunes, 8 de abril de 2013
Una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo
El capítulo 9 del evangelio de Juan nos cuenta la historia de un hombre ciego de nacimiento, Jesús cuando lo ve les dice a sus discípulos que tiene esa condición “para que las obras de Dios se manifiesten en él” (Juan 9:3).
Jesús escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego, y le dijo: Ve a lavarte en el estanque de Siloé. Una vez hecho aquello este hombre pudo ver por primera vez.
Los fariseos le preguntaban una y otra vez ¿cómo es que había recuperado la vista? Este hombre contestó: “Aquel hombre que se llama Jesús hizo lodo, me untó los ojos, y me dijo: Ve al Siloé, y lávate; y fui, y me lavé, y recibí la vista” (Juan 9:11).
Una y otra vez y de manera incrédula, los fariseos seguían con sus dudas, además de las evidentes pruebas de que Jesús podía dar vista a los ciegos, se negaban a creer que era el hijo de Dios.
En la quinta ocasión que se le preguntó sobre quién le había recuperado la vista, y con la convicción de que Jesús era un pecador por haber sanado a este hombre en el día de reposo, contestó:
Si es pecador, no lo sé; una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo. (Juan 9:25)
En este mundo hay dos tipos de personas:
Los que eran ciegos y ahora ven: Aquellos que como yo un día recibimos a Jesús como nuestro Señor y salvador, dándole el corazón al Espíritu Santo, en donde la relación personal no tiene nada que ver con una religión, en donde Su Palabra nos muestra la verdad y nos abre los ojos espirituales para comprender que esta vida tiene un propósito.
Los que no quieren ver: así como los fariseos, con dudas, con teorías erróneas, pensamientos oscuros y llenos de rencor, resentimiento, egoísmos y vanidades. Estos son los que no quieren ver. Se niegan a vivir la verdadera relación con el Dios que los ama justificando su cómoda forma de pensar para no ser confrontados.
Jesucristo es la luz del mundo, y quiere iluminarnos a todos. Él quiere abrir nuestros ojos y darnos la verdadera visión de las cosas, para que sepamos llevar la vida espiritual y hallar el sendero de la salvación eterna. No lo rechacemos.
Entonces ¿con qué tipo de persona te identificas?
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